Empleo

Yolanda Díaz: yo que tú no saldría a celebrar estos datos

Yolanda Díaz SEPE
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo.

Los buenos datos de afiliación a la Seguridad Social de diciembre agudizan la discrepancia entre la evolución del empleo, por un lado, y de la actividad económica, por otro.

La afiliación de los últimos tres meses fue especialmente fuerte. En octubre se registró el mayor incremento intermensual para ese mes en 21 años. Noviembre, que en la mitad de los últimos 20 años fue un mes con caída en la afiliación, en 2021 tuvo la mayor subida intermensual en más de 20 años. Sobre un octubre récord, se produjo un noviembre también récord. Lejos de moderarse, el aumento intermensual de la afiliación en diciembre (+0,4%) fue el segundo mayor de los últimos cinco años, alcanzándose un nuevo máximo histórico con 19,82 millones de afiliados.

Al mismo tiempo, el número de parados registrados baja de forma cada vez más pronunciada. En diciembre, el número de parados fue 3,1 millones, 20,1% menos que un año antes. Es la mayor caída, al menos, desde 1996.

El Gobierno se apresurará en vincular estas cifras con su supuesta capacidad. La ministra Yolanda Díaz multiplicará su presencia en actos, aprovechando las buenas noticias. Yo les recomendaría prudencia. Creo que hay que interpretar estos datos como un gol a favor al inicio del segundo tiempo, en un partido muy tenso y muy bronco, por una cantada del portero rival. Un gol que, en situaciones normales, no se debería haber marcado. Aún queda mucho partido.

Un 86% de los afiliados trabaja en el sector privado. En la empresa privada (sea una tienda de barrio o una multinacional), la contratación de personal está vinculada con la producción y las ventas. Esto es evidente: si las ventas caen de forma prolongada, la empresa no puede pagar los salarios; si las mismas crecen, no sólo puede conservarse la plantilla, sino que hasta es posible ampliarla.

El Producto Interior Bruto (PIB), la medida más general de actividad económica, sería en 2021 cerca de un 7% menor al de 2019. Sin embargo, la afiliación media de 2021 fue 0,4% más alta que entonces. ¿Cómo es posible que trabaje más gente con una producción final más baja? Porque el sector público ahora tiene un 9,2% más de empleados que en 2019. Si nos restringimos al sector privado, vemos que en 2021 el empleo fue, de media, 0,9% menor al de 2019. En rigor, el empleo privado fue aún menor: a lo largo del año, las personas que estuvieron en expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) equivalieron al 2,7% de los ocupados en el sector privado.

Sumando la caída del empleo privado con los que estuvieron en ERTE, tenemos que en el sector privado trabajó, durante 2021, un 3,6% menos de gente que en 2019. Eso explica cerca de la mitad de la brecha que hay entre el PIB y el empleo. El resto se debería, principalmente, a una caída de la productividad (si hay 3,6% menos de ocupados que producen, en promedio, 7% menos, es porque aquellos ocupados producen, de media, menos que antes).

Si en Europa se pudo suprimir el trabajo infantil, si lo normal es jubilarse y si se trabajan cada vez menos horas (en España, en los últimos 20 años, la jornada pactada bajó de 1.920 a 1.800 horas anuales) y, al mismo tiempo, tenemos los bienes que permiten un buen nivel de vida, es gracias al avance de la productividad. Todo el progreso económico y social depende de esa variable. Es decir, depende de que cada ocupado produzca, de media, cada vez más.

¿Qué dirán ese día Pedro Sánchez y Yolanda Díaz?

La caída de la productividad, que se inició con la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, va en contra del progreso y de todos los objetivos que el Gobierno dice querer. Además, la misma no puede ser continua: en algún momento, las empresas menos productivas quiebran o despiden personal y reducen salarios.

En la crisis anterior era obvio que la Construcción acaparaba el grueso de los empleos improductivos. Por eso hoy trabaja en ese sector menos de la mitad de la gente que lo hacía en 2007. Ahora no está claro donde están esos empleos menos productivos. Pero que están, están. Y tarde o temprano saldrán a la luz. ¿Qué dirán ese día Pedro Sánchez y Yolanda Díaz?

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